PETITE MAMAN
Céline Sciamma
Drama/Realismo mágico
2021
SINOPSIS:
Nelly tiene 8 años y acaba de perder a su abuela. Mientras ayuda a sus padres a vaciar la casa en la que su madre creció, explora intrigada el bosque que la rodea, donde su mamá solía jugar de pequeña. Allí Nelly conoce a otra niña de su edad, y la inmediata conexión entre ambas da paso a una preciosa amistad.
OPINIÓN PERSONAL:
Hay algo que siempre que se llega a producir me sorprende y me hace recobrar con mucha ilusión en la magia del cine, y es cuando este no te ofrece un mero entretenimiento o un visionado constructivo, sino que se convierte en una experiencia donde lo que el espectador está viendo le conecta consigo mismo y su experiencia vital.
Una magia
que Céline Sciamma, la directora de
la maravillosa Retrato de una mujer en llamas,
consigue y de la manera más elegante y emotiva posible.
Lo primero que llama la atención, especialmente teniendo en cuenta la duración media de las películas en la actualidad, es que la directora nos relata su historia en apenas 72 minutos. Es consciente de qué quiere contar y como debe hacerlo sin extenderse más allá de lo estrictamente necesario. Y es así como debería ser sin plegarse a ningún tipo de convencionalismo.
La sensación que he tenido mientras visionaba la película, es que pasábamos de un drama sobre la pérdida y el dolor de la despedida a un cuento cargado de realismo mágico y toques de fantasía que fundamentalmente habla acerca de la comunicación entre padres e hijos.
Sciamma dota
de un toque minimalista a su puesta en escena pero tremendamente bello,
especialmente en sus escenarios campestres, y siendo muy evocador para el espectador. Hay
buen gusto y distinción a la hora de rodar y pensar en cada plano. Algo que ya
descubrí en su anterior película y que ahora repite.
Siento que la historia nos enfrenta a temas sobre los que nos cuesta hablar porque nos asustan. Y de cómo frente a esto se ve tan distinto desde la perspectiva de un adulto al ansia insaciable de querer saber de un niño. Se pretende romper esas barreras a través de la emotividad contenida.
La narración viene acompasada por un ritmo lento que se adecua a la perfección a ese tono intimista que se pretende imprimir.
La historia
que se le ocurrió a la directora a través de un sueño, nos obliga a poner la
mirada sobre la realidad, pero lo hace a través del imaginario de una niña.
Como comenta en una entrevista utiliza
elementos de aparición, a través de las sustituciones como recurso narrativo.
Sin contar demasiado sobre esa parte más misteriosa de la trama, es algo que
puedes ir entendiendo desde antes incluso que ocurra, no hay una pretensión de
hacer un giro magistral en la película, no es lo que se pretende aquí. Es muy
hábil mezclando varios géneros y haciendo que entre todos exista una cohesión
con sentido y armoniosa.
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